Las cosas que mi abuelita me enseñó

Las cosas que mi abuelita me enseñó, que no quiero olvidar y poder trasmitir a quienes vienen después de mi.

martes, 3 de abril de 2018

Estar despuesta a estar incómoda

El amor interesado en acción, es la manifestación del amor de Dios


Hay muchos que se han percatado que en mi trabajo llego a viajar en ocasiones muy seguido, incluso hay quienes han manifestado que quieren tener mi trabajo....bueno, hoy quiero decirles en que consiste mi trabajo.
Mi trabajo es ser terapeuta en comunicación humana, esa es mi profesión, ayudo a los niños y adultos con problemas de comunicación a poder ser rehabilitados y poder comunicarse con sus semejantes. Mejor conocido como terapia de audición y lenguaje.
Pero mi trabajo consiste, además de dar terapia individual, (( en los últimos años me he enfocado en educar a las personas sobre la importancia de la comunicación verbal, especialmente a las personas con discapacidad auditiva. Junto con una fundación, para la cual trabajo, viajamos a varias parte del país y realizamos jornadas de salud auditiva, donde se diagnostica y se les proporciona  AA a personas con esta discapacidad.
¿Por qué viajó? Bueno, porque la necesidad está en todas partes.
Pero no es eso en lo que consiste realmente mi trabajo, mi trabajo consiste en ayudar a que las personas puedan sentir que son importantes, que son amadas y qué haciendo el bien a una persona, podemos cambiar el mundo.
 ¿Es muy ambicioso no? Trabajar para una empresa que piensa que cambiar el mundo.
No lo hace mediante los aparatos que se donan y les permiten a cierto porcentaje de  personas volver a escuchar y entender la palabra hablada. No, no consiste en ayudar a dar seguimiento médico a aquellos con problemas severos y crónicos de salud auditiva, algo que para algunos implica conservar incluso su vida. No, no consiste en orientar a los padres para qué puedan llevar a sus hijos a buen tiempo a terapia a sus niños sordos para que tengan la oportunidad de desarrollar lenguaje, pensamiento y tener una mejor calidad de vida. No, no consiste en ello, aunque todo lo anterior es verdad y es parte de nuestra labor continúa. Según el fundador de la empresa para la que trabajo, consiste en escuchar a las personas, ser bondadoso y mostrar caridad...si ...caridad. Ver por otros, dejar de pensar en uno mismo.

Hay una frase que me repiten en cada capacitación: "si quieres ver realmente un cambio, debes estar dispuesto a estar incómodo".....y realmente es un trabajo, en muchas ocasiones incómodo, viajar, estar hasta 4 horas en el aeropuerto varados, por tráfico aéreo o en la carretera, trabajar bajo la lluvia, calor, frío, a la intemperie. Ver hasta 800 pacientes por día. Perder la voz de tanto hablar. Malpasarse en las comidas, tratar con personas que aunque se les ayuda están de malas y aún algunos son groseros. Estar parados todo el día o sentados en una misma posición. Si....es un trabajo en verdad, muy incómodo. Pero en esas ocasiones en que pienso que ya quiero que acabe, aparece un paciente más, una persona que se siente agradecida, porque nos preocupamos por ella, porque se siente importante, amada.

Hace unas semanas tuve una experiencia particular en mi trabajo que me hizo pensar en la siguiente escritura:
Mosiah 3:19
19 Porque el hombre natural es enemigo de Dios, y lo ha sido desde la caída de Adán, y lo será para siempre jamás, a menos que se someta al influjo del Santo Espíritu, y se despoje del hombre natural, y se haga santo por la expiación de Cristo el Señor, y se vuelva como un niño: sumiso, manso, humilde, paciente, lleno de amor y dispuesto a someterse a cuanto el Señor juzgue conveniente infligir sobre él, tal como un niño se somete a su padre.
Y pensé en que yo, trabajo con niños, y hay una etapa en que los niños solo piensan en si mismos. Son egocéntricos.

Volvernos como un niño....un niño es egocentrico...según las teorías de Jean Piaget, quienes han estudiado psicología, saben a quién me refiero, sobre el desarrollo del pensamiento, cuando nacemos  concebimos el mundo como una extensión de nuestro ser, todo lo que está a nuestro alrededor existe para satisfacer nuestras necesidades más básicas de supervivencia. 
El estadio inicial del ser humano es de un profundo egocentrismo, una total indiferenciación entre lo que él es y lo que no es. O sea que está centrado.
El niño conoce el mundo según una sola perspectiva, la de él mismo. Es por ello, que tiene dificultad para ponerse en la perspectiva del otro, para separarse de su propio punto de vista e imaginarse cómo entiende las cosas otra persona. 
EGOCENTRISMO
Valoración excesiva de la propia personalidad que lleva a una persona a creerse el centro de todas las preocupaciones y atenciones.

Nuestra madre incluso, son percibidas como el proveedor principal de satisfacción de esas necesidades, principalmente de alimento, cobijo y cuidado.
Es conforme vamos creciendo que vamos desarrollando nuestro "yo", vamos comprendiendo que somos individuos dentro de una sociedad y que ésta esta conformada por otros individuos que son diferentes a nosotros, con necesidades y sentimientos, igual que nosotros.
Pero hay una etapa muy marcada en la infancia en la que los niños manifiestan su mayor egocentrismo....todo les pertenece....si les preguntamos por algo, dicen "mío" es el primer adjetivo posesivo que aprenden....mío....todo es suyo, todo son ellos.
Y es ahí cuando las madres y padres preocupado por el desarrollo de ese individuo, le enseña, que debe compartir, que no todo es de ellos. Que deben dar de sí, de lo que "poseen" y compartirlo con los demás.....creo que es esa etapa en la que se refiere Mosiah, cuando nos sometemos a la voluntad de nuestros padres y somos mansos humildes, fáciles de persuadir y estamos más dispuestos a someternos a la voluntad de nuestros padres.
Sin embargo, creo que al avanzar en edad, regresamos a nuestra etapa de egocentrismo en la edad adulta. Creemos, que todo es nosotros, que todo es nuestro.
Y nos olvidamos de dar...dar de nuestras personas, de nuestros talentos....de lo que creemos que "poseemos". Si no estamos dispuestos a despojarnos de nosotros mismos, a estar incómodos, a interesarnos por los demás, no podemos ser como Jesucristo es. El mismo enseñó
"Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame.
“Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio la salvará”. (Marcos 8:34-35)

Bueno, nos llamamos a nosotros mismos cristianos, porque emulamos la vida del Salvador, aquel que nunca se puso a si mismo en primer lugar, aquel que siempre vio por los demás, incluso cuando le crucificaban no pensó en su dolor, primero pensó en aquellos que le habían puesto en aquellas situación y en medio de su angustioso sufrimiento exclamó:"Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen" (Lucas 23:34)

La mejor forma de despojarnos de nosotros mismos, de des centrarnos, es por medio del servicio, desinteresado que realicemos hacia nuestros semejantes.

Pero siempre hablamos de Cristo y su ejemplo como algo imposible de alcanzar, No es tan difícil ser como Él.
Creo que es muy fácil a empezar a ser como Cristo, si nos despojamos de ese egocentrismo y amamos a los demás. Como dice en Filipenses 2 refiriéndose justamente a Cristo:
"Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el que, siendo en forma de Dios, no tuvo como usurpación el ser igual a Dios sin embargo, se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres; y hallándose en la condición de hombre, se humilló a sí mismo".(Fil 2:6-8)
Es posible despojarnos de nosotros mismos, tal como Cristo lo hizo, ser humildes, amar y servir.
Quiero contarles sobre una de las experiencias que más me ha marcado en los últimos años. La primera vez que escuché al fundador hablar del por qué hace lo que hace, pensé. "Claro, el tiene todo el dinero del mundo para ayudar a tanta gente, es fácil para él impactar en tantas personas" pero recién fuimos a un pequeñito pueblo en Sinaloa....tan pequeño que jamás tuve señal de internet. Y pude tener la experiencia más hermosa al conocer a gente, que no tiene más de lo que es necesario para vivir, no en exceso, lo único que tienen en exceso es el amor hacia los demás.

Experiencia en El Fuerte

Niños sirviendo
Mujeres con familiares delicados sirviendo
Doctores pilotos
Pilar y su esposo
Henry y su diarrea
Rafa y su familia
Los misioneros

Cada uno de ellos, estuvo a despojarse de si mismo, por esos dos días y dar de sí a las personas que en ese momento se encontraban en una situación de vulnerabilidad.
Si....estas personas me hicieron sentir el Amor de Cristo, son personas que aunque no se proclaman como seguidoras de Cristo a excepción de los misioneros, sirven a quienes les rodean y a quienes se encuentran lejos, por qué?....por amor.....porque aman más a sus hermanos, que lo que aman sus comodidades en su casa, aman más servir, que lo que aman su propia seguridad.
Mi trabajo es mi trabajo, me pagan por hacerlo, lo cual me hace sentir sumamente afortunada. Pero estas personas pagan por servir a otros.
Ahora, no cuento esta experiencia para invitarles a que usen sus recursos como ellos para ayudar a otros....no es necesario....tenemos dones, tenemos tiempo. Y estoy segura que la mayoría de los que se encuentran aquí sentado, si no es que todos en sus hogares y fuera de ellos, en lo secreto, sirven a los demás, dan de si, dejan su casa, sus comodidades por ayudar a los que son menos afortunados que ustedes a sentir ese amor....solo quería compartirles que esta experiencia me cambió. Porque entendí que no es solo el servicio que prestamos en la iglesia, aún en casa, aún hay mucho que hacer en el mundo.

DyC45:26-27
El corazón de los hombres se ha enfriado, "y desmayará el corazón de los hombres y dirán que Cristo demora su venida hasta el fin de la tierra.
27 Y el amor de los hombres se enfriará, y abundará la iniquidad" 

 por eso que Cristo nos invita a velar por los necesitados, porque de esa forma, nos olvidamos de nosotros mismos, nos volvemos como niños pequeños....
Hay muchas cosas negativas en las que podríamos centrarnos, incluso podemos centrarnos tanto en lo que nos falta, lo que debemos lograr, lo que debemos hacer, aún en nuestros llamamientos, aún en la iglesia....al grado de que podemos pasar de largo las necesidades de quienes nos rodean. No hace falta ir más lejos, tal vez la persona que va a nuestro lado en el transporte, la persona que está formada atrás de nosotros en el supermercado, nuestro vecino que vive cruzando la calle, nuestro compañero de trabajo. No tenemos que realizar un proyecto grande de servicio si nuestro proyecto de vida es servir a diario a otros. 
Si estamos dispuestos a estar incómodos, a dejar nuestra cómoda seguridad y egocentrismo "por motivo de [nuestra] amorosa bondad y  longanimidad para con los hijos de los hombres (1Nefi 19:9) podremos VER a nuestros semejantes como Cristo lo hizo. Podríamos de verdad estar cambiando al mundo, porque cambiamos el mundo de alguien al mostrarle nuestro amor. Hay muchas experiencias más que podría contarles y que ustedes me podrían contar,.....pero que mejor sería que alguien pudiera en un futuro contar la historia como un acto de bondad le cambio el día.....le cambió la vida. De seguro no estaremos ahí para escuchar esa historia, pero habremos contribuido a que el mundo de esa persona, sea un poco mejor.

Hermanos, todos hemos recibido de alguna persona, un acto de bondad en esta semana, espero no sea sólo uno, sino innumerables. Y si no es así....seamos esa persona que muestra interés , no indiferencia. Seguirán habiendo guerras y rumores de guerra, corrupción, enfermedad, inseguridad.....el Pte. Faust, cuando yo tenía la mitad de años que tengo ahora decía...."y lamentó decirles que la situación no mejorará"....y no lo ha hecho....pero eso indica que la venida de nuestro Salvador está aún más cerca, y más personas necesitan sentir su amor. Que sea por medio de nuestro servicio desinteresado que ellas puedan sentir consuelo, alegría, paz y esperanza. 
Estemos dispuestos a estar incómodos, a despojarnos de todo orgullo y a estar dispuestos a amar a otros, como Cristo lo hizo, es mi oración, en el nombre de Jesucristo.


domingo, 31 de enero de 2016

El papá que todo lo sabía y algo de lo que me enseñó

 



Hoy fue un domingo especial. Lleno de mucho aprendizaje, mucha reflexión y mucho ejercicio.
Hoy se celebró la 2a. Carrera Fucam de 10 km, una asociación civil para la prevención y atención de pacientes con cáncer de mama. La verdad es que cuando supe de la convocatoria no lo pensé dos veces, puesto que era una carrera (y estoy entrenándome física y mentalmente para un medio maratón) y además con causa (apoyar a la compra de una unidad móvil con un mastografo digital); lo que no imaginé fue el impacto que tendría en mi este evento.
Un poco de contexto: desde hace poco más de un año empecé a hacer ejercicio de forma más regular y ya que mi esposo es entrenador deportivo no me quedó de otra que levantarme temprano todos los días e ir a hacer ejercicio con él (La verdad si tenía opción, pero opté por escoger hacer cambios en mi vida para tener una mejor salud), no ha sido fácil, he tenido que cambiar muchos hábitos, entre ellos la alimentación. Pero ha sido una jornada maravillosa llena de mucho progreso en mi vida, en el aspecto de mi salud.
A inicios del año pasado mi papá comenzó a ver deteriorada su salud de forma drástica y acelerada. Para mayo del 2015 el diagnóstico más temido en esta familia fue confirmado después de una larga hospitalización: cáncer.
Sip. El cáncer parece estar ligado a ambas ramas de mi familia: mi abuela paterna, tía paterna, bisabuela materna, perdieron la lucha contra el cáncer. La más reciente, mi abuelita hace ya casi dos años (han parecido una eternidad, en realidad). Así que cáncer parecía un aviso inminente de la partida pronta de mi padre.
Sin embargo el luchó, luchó contra las expectativas y pronósticos de los médicos, medicamentos sumamente caros (no sólo por el costo, sino por los efectos secundarios), desesperación, pérdida de independencia, movilidad, desánimo, etc.
Sin embargo, para mí la palabra cáncer en ningún momento representó la idea si quiera de que mi padre tuviera que partir pronto de esta vida. Si, mi padre, pasó de ser un hombre fuerte e independiente, activo y sumamente amoroso e inteligente, a depender totalmente de nosotros para movilizarse, sufrir dolor, estar hospitalizado (o asistir 3 veces a la semana a terapia y químios) y no tener humor para hacer nada de lo que antes le provocaba placer.
Mi padre todo lo sabía. Sabía qué decir en el momento indicado, incluso cuando callar. Sabía la respuesta a todas mis preguntas y cuando no, lo investigaba. Mi padre sabía que su tiempo estaba cerca, sin embargo él siempre planeó, suguió planeando su vida como si ésta no fuera a terminar.
Cada vez que le platicaba de los entrenamientos y le contaba mis logros, tenía las palabras precisas de ánimo, a pesar de que el mismo ya no podía caminar como antes. Fui testigo de cómo sus piernas fuertes y esculpidas por el ejercicio constante que realizó toda su vida, se vieron reducidas a huesitos. Sin embargo también fui testigo de cómo su espíritu se engrandecía con la adversidad, como se vio fortalecido aún cuando después de meses de tratamiento los médicos dijeron: "no funcionó, el cáncer sigue avanzando"
Mi padre no perdió la batalla contra el cáncer, porque él jamás se dejó vencer, sin embargo su cuerpo debilitado no soportó y partió de esta vida mortal hace poco más de 3 meses. También ha parecido una eternidad sin él.
En junio del año pasado, después de que saliera del hospital y empezara con el tratamiento que le brindó notable mejora me enteré de un medio maratón que se corre el día del padre y se lo comenté: "papi, el próximo año correremos el medio maratón, aunque tenga que empujarte en la silla de ruedas"
Así que ese día lo decidí, correría el medio maratón con mi papá, aunque él solo estuviera dándome ánimos, porque quería probarme a mí misma que podía lograrlo, porque mi padre me enseñó que puedo lograr lo que sea, mientras me lo proponga y trabaje en ello. Mi padre me enseñó la excelencia.
Esta es la primera carrera en que después de su partida pensé en aquella conversación. Sobre todo porque la causa precisamente era vencer el cáncer. Y en mi familia, esa es una carrera ha lograr. Yo corro por ser la primera generación libre de cáncer. Por romper con el patrón que se ha llevado a las personas que más he amado, aquellas que han sido las que siempre me escucharon y apoyaron mis locuras: mi abuelita y mi papá. Así que mientras corría y veía a cientos de personas pasar a mi lado y el propósito por el cual corrían, en mi mente decía a pesar del cansancio (y por ratos el desánimo al ver que no podría llegar a la meta en mi tiempo estimado): "no puedo rendirme, porque miles de personas siguen luchando contra el cáncer y así como yo, tal vez se cansan, pero no se rinden en su lucha por la remisión o contra el desánimo contra el pronóstico de no mejora. Esas personas corren y siguen corriendo hacia la meta, tú no te puedes rendir hasta llegar a la tuya." No me gusta pensar en papá cuando corro, porque lo único que pienso es como lo extraño, pero hoy pensé en él y eso me ayudó a llegar a la meta, antes de lo que tenía planeado. Mi papá es un hombre muy sabio. Lo extraño más de lo que me permito expresar. Pero cada vez que es insoportable el vacío pienso en las palabras de mi abuelita diciéndome en mi cabeza: "¿para qué lloras? Él está bien, está haciendo lo suyo. Tú ponte a trabajar, ¿acaso no tienes fe en que volverás a verlo?" Mi meta sigue en pie: correr medio maratón para el día del padre. Si, mi padre no estará presente en cuerpo para verme cruzar la meta. Pero, a veces pienso que incluso mi papá sabía que no estaría presente y sin embargo siempre me daba ánimos de que podré hacerlo y por ello sé que lo lograré.

martes, 26 de enero de 2016

Los dones de la maternidad




Hace algunos años me crucé con un artículo que hablaba sobre las lecciones aprendidas como resultado de la infertilidad. Creo, en lo personal, que es una gran maestra. Y la que llamó más mi atención fue sobre la forma en que aún sin tener hijos puede desarrollarse el don de la maternidad. En aquel entonces me preguntaba ¿cómo puede la infertilidad enseñarte a desarrollar los dones de la maternidad? Y creo que empiezo a entenderlo.
Estos más de 5 años me han dado oportunidades de desarrollar dones, que al igual que una madre que educa a sus hijos, mi esposo y yo somos enseñados por el hecho de no poder tenerlos.

El don del amor desinteresado. Los niños en últimos años han formado parte constante de mi vida. Y he descubierto que es tan fácil hablar con ellos, debido al amor desinteresado que ellos pueden desarrollar por aquellos que tienen tiempo para ellos. El amar sin reserva parece difícil conforme avanzamos por la jornada de la vida, heridos por malas intenciones de personas, al grado que perdemos la capacidad de amar desinteresadamente aun a quien no conocemos. El estar cerca de los niños, me recuerda que debo ser mas caritativa y amar a mis semejantes.

El don de la paciencia. Los niños son tan pacientes con nuestros defectos, al grado que nos recuerdan constantemente como ser felices con las cosas más simples de la vida. Además, el esperar por resultados, cuando uno hace lo que está de su parte sin ver llegar la bendición prometida  es una de las mejores formas en que Dios nos enseña paciencia. Así como una madre debe ser paciente a que su hijo aprenda a caminar, a que hable para indicar sus necesidades, Dios nos enseña a poder entender el porque ciertas cosas no nos son dadas en el momento que creemos es el indicado para nosotros.

El don del asombro. Algo que me han enseñado los niños es que siempre debemos conservar nuestra capacidad de asombro. Pienso que esta capacidad está directamente relacionado a nuestro grado de felicidad. Me asombro cuando aprenden a pronunciar palabras nuevas, me asombro con la visión que tienen de la vida, me asombro que el Señor me esté dando tantas bendiciones al tener personas maravillosas alrededor que me permiten vivir con ellos y sus familias lo maravilloso de la infancia y de aprender a crecer.

El don de la gratitud. He aprendido a agradecer por cada cosa que puedo experimentar en mi vida. He aprendido tanto de mujeres maravillosas en mis visitas repetidas al hospital, he aprendido lecciones invaluables de fortaleza y entereza estando internada en el hospital y estoy tan agradecida por esas experiencias. Siento que de no pasar por esta condición, jamás habría sentido tanta gratitud por poner correr, sentarme, comer, cosas que parecen tan sencillas, pero que en ocasiones damos por sentadas y no valoramos todo lo que nuestro cuerpo perfecto debe realizar cuando funciona correctamente.

El don de la amistad. Es verdad que en los momentos más difíciles es donde las verdaderas amistades son probadas. Tengo la fortuna de contar con verdaderas amigas, que como yo, pasamos por situaciones semejantes. A veces sólo lloramos juntas, a veces gritamos nuestra inconformidad y compartimos nuestras lecciones aprendidas. Tengo amigas y amigos que son padres y que jamás me señalan, me cuestionan o tratan de "solucionar" mis problemas. Más bien, me permiten aprender de sus hijos y me sostienen con su fe y a veces solo callan y me prestan sus hombros para llorar. He adquirido además la amistad de varios pequeños que me enseñan tanto! Que juegan conmigo y secan mis lágrimas. Amigos que me platican sus aventuras en la escuela, que incluso al platicar conmigo, me llaman maestra o mamá y yo lo veo como una muestra clara de la confianza y el amor sincero que me tienen, porque son mis amigos.
Pero la amistad que más he aprendido a valorar es la de mi esposo. Definitivamente no podría pasar por estas circunstancias sin su amorosa bondad. Él es mi mejor amigo, me deja llorar en sus brazos, me da ánimos, me deja verlo llorar. Mis esposo siempre fue mi amigo, pero estos años de pasar por esta prueba juntos, ha ayudado a que nuestra amistad se forje y nuestro amor sea fortalecido, como un árbol cuyas raíces se hacen más y más profundas, antes de que puedan dar fruto.

El don de la prudencia. Yo veo a las madres que educan a sus hijos con amor y siempre me pregunto :¿cómo lo hacen?, reciben tantos consejos de familia, amigos, medio mundo que les da los mejores consejos para criarlos. He aprendido en este tiempo que incluso cuando no se tienen hijos, el mundo entero quiere decirnos cómo sobrellevar la infertilidad: con que médico ir, qué remedio probar, etc. En ocasiones he querido golpear (si golpear) a uno que otro con comentarios hirientes, pero he aprendido de aquellas madres prudentes que puedo escuchar, callar, pero al fin de cuentas como sobrellevo mi incapacidad para tener hijos, es un asunto mío y de mi esposo, tal como la educación de un niño es asunto de los padres solamente.

Hay muchísimos más dones que he aprendido a desarrollar y muchos que se que aún debo de aprender. Pero sea madre en esta vida o no, estos dones de la maternidad ahora forman parte de mí y me ayudan a ser una mejor persona, una mejor mujer, mejor esposa, mejor hija, mejor nieta.
Incluso uno de los últimos consejos que mi abuelita me dio, estando ya enfermita, fue ese, que dejara de preocuparme por tener hijos, que ellos llegarían o tal vez no, pero yo debo de seguir progresando.
Ha sido y sigue siendo una jornada llena de muchas emociones, mucho aprendizaje y mucha sabiduría implicada en el proceso. Pero sea que tenga descendencia a quien hablarle sobre mi asombrosa abuelita o no, tengo tantos niños en mi vida a quienes inspirar y de quienes aprender que me siento tan afortunada de desarrollar los dones de la maternidad en este tiempo de mi vida.

lunes, 26 de enero de 2015

Ensalada de Col

(como la de ese restaurante de pollo crujiente famoso...pero más rica)


Algo bueno heredé de mi abuelita: probar nuevas recetas. Y aunque ella las buscaba en revistas de cocina y mi método es el internet, hago lo que ella: la pruebo, si me gusta, la anoto en mi recetario con lo respectivos cambios que me han funcionado.
La verdad no recuerdo bien si a ella le gustaba esta ensalada en particular, le gustaba el pollo al que acompaña usualmente, eso si. Pero como a mi esposo le encanta esta ensalada, la probé y nos encantó. Y ahora la comparto con ustedes para que puedan enamorarse de ella también.
Así que aquí vamos: ensalada de col.

Ingredientes:


1tz. Mayonesa
1/2 tz crema agria
1 cucharada de azúcar
1/4 tz.leche
2 cucharadas de vinagre blanco
Sal y pimienta al gusto.
4 taza de col rallada o picada finamente
3-4 zanahorias igualmente picadas.
1 limón.

Utensilios:
Rayador de verduras.
Tabla de picar.
Cuchillo
Tazón mediano
Tenedor
batidor de mano (yo le digo globo)

Procedimiento:

Se coloca en el tazón la mayonesa con la leche, crema, vinagre, sal, pimienta y unas gotas de limón. Se incorpora bien con el batidor de mano o globo, hasta que quede bien integrado y cremoso.
Por otro lado, se lava bien la col y zanahorias. Una vez desinfectadas y picadas lo más finamente posible (claro, esto depende del gusto de cada quien), se va agregando en el tazón al aderezo y se va incorporando bien. Se deja reposar en el refrigerador, por al menos 30 minutos. Y está lista para servirse!

La verdad, a mi me sabe mejor al día siguiente, entre más se deje reposar, mejor sabor adquiere la col.
Deja un comentario si la probaste diciéndome que te pareció.